Asún Ruiz, Directora Ejecutiva de SEO Birdlife
Tradicionalmente las relaciones entre urbanismo y
conservación de la naturaleza han sido “tensas”. Esto no nos debería extrañar
si tenemos en cuenta que la expansión urbanística es una importante amenaza
para la biodiversidad. Durante décadas desde las ONGs ambientales hemos dado la
batalla para evitar que se urbanicen espacios naturales, con algunas celebradas
victorias y, lamentablemente, numerosas derrotas. No cabe duda de se debe
seguir trabajando duro en esta línea, para evitar que el crecimiento de las
ciudades o el desarrollo de infraestructuras destruyan hábitats de interés para
nuestras especies amenazadas.
Pero, ¿Cuál debe ser nuestra postura cuando una zona es
calificada como urbanizable y entran las excavadoras? ¿Qué hacemos con más del
2,5% del territorio español ocupado por suelos urbanos? ¿Debemos trabajar por
la conservación de la biodiversidad en estos ambientes tan transformados por el
hombre?. Desde SEO/BirdLife, y también desde un creciente número organismos
internacionales, ONG y científicos, opinamos que sí, que tenemos que empezar a
trabajar por la naturaleza también en nuestras ciudades. Por este motivo
SEO/BirdLife desarrolla diversos proyectos e iniciativas orientadas a la
conservación de las aves y la biodiversidad urbana.
Tres razones para conservar la biodiversidad en las ciudades
La biodiversidad aporta servicios ecosistémicos también
en las ciudades y contribuye a mejorar la calidad de vida de la población
urbana, por ejemplo las arboledas urbanas ayudan a amortiguar la temperatura,
limpian el aire y contribuyen a fijar el CO2. Pero además numerosos estudios
científicos han demostrado que un mayor contacto con la biodiversidad
contribuye a mejorar la salud de los habitantes de las ciudades.
Integrar de la
conservación de la biodiversidad en la planificación y gestión de nuestras
ciudades ayudará a retener en la trama urbana, al menos, una parte de las
comunidades biológicas presentes en la zona, y por tanto a reducir el impacto
de la expansión urbanística. Debemos tener en cuenta que la crisis global de la
biodiversidad es tal, que a la lista de especies amenazadas como el águila
imperial, el urogallo o la malvasía cabeciblanca, se están sumando especies
comunes que tradicionalmente han convivido con el hombre en pueblos y ciudades,
como está pasando con el gorrión común en el Reino Unido. Por tanto también las
ciudades pueden llegar a convertirse en espacios en los que conservar especies
amenazadas.
Pero la razón que
tiene más peso a la hora de justificar la conservación de la biodiversidad en
las ciudades, es que en ellas vive más de la mitad de la población mundial. La
mayoría de las personas que pueden influir en que la conservación de la
naturaleza sea una prioridad de nuestros gobiernos viven en ciudades, en
espacios dominados por el asfalto y el hormigón y cada vez más alejados de la
naturaleza. Es necesario potenciar las oportunidades de “conocer para
conservar”, incorporando, acondicionando y gestionando espacios para la
biodiversidad en nuestras ciudades.
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